Desesperar

 

Me he vuelto hiperconsciente del tiempo. 9 de la mañana: despertarme, hacer tres saludos al sol, 10 de la mañana: desayunar, 10:30 de la mañana: echarme en mi cama a ver el celular que tengo mil mensajes que responder, entrar a Facebook, meme, meme, no le van a pagar a los trabajadores de Alsea, meme, meme, la facultad sigue tomada, meme, análisis político de algún conocidx sobre la pandemia, meme, video de un perrito en la nieve, meme, se suicidó un ministro de finanzas alemán, meme, al parecer la edición de un libro que me pareció ingeniosa era muy racista, verga, llevo tres horas en el celular y no contesté ningún mensaje. 2 de la tarde: empezar a hacer la comida porque esta semana me toca y debería estar lista para empezar a comer a las 4, sigo pensando en cuanto la cagué por pensar que el nombre “Sopa de Wuhan” era muy ingenioso. 4 de la tarde: comer, intentar convivir sanamente en familia. 5 de la tarde: pensar en que debería practicar la guitarra y no hacerlo. 6 de la tarde: leer ensayos de puro filósofo pop sobre la pandemia. 7 de la tarde: rutina de ejercicio en familia. 10 de la noche: dormir.

 

Hay algunas cosas que cambian día con día, pero la hora de la comida, de despertarme, mis saludos al sol, la hora del ejercicio y la de dormir son siempre las mismas. ¿Cuál es entonces la diferencia con la vida fuera de la cuarentena? Ahora es intento casi obsesivo de tener control sobre algo, algún tipo de seguridad, es ser incapaz de dejar de ver el reloj y pensar en cuanto tiempo ha pasado, si debería de aprovecharlo mejor, en cuanto tiempo falta para salir de esta irrealidad distópica de ansiedad perpetua. Tranquila, esto va a terminar en algún momento, sólo falta tener paciencia y esperar.

 

Esperar Esperar Esperar, tachar los días en el calendario, contar los segundos, los minutos, los días, los meses, ¿hasta cuando? Extender el tiempo de la espera de forma indefinida al futuro, ese tiempo sin contenido, sin sentido porque en la espera no se puede comenzar nada, vacío y profundamente estéril. Tal vez esta necesidad de hacer y hacer y leer y contar cada segundo para que por fin se acabe otro día de la distopia sea una reacción por encontrarme en medio de dos puntos temporales, en un tiempo donde no existen los procesos de transformación, sino sólo la inmediatez. Tal vez sea la ansiedad que genera verle la cara al vacío. No hay de otra, sólo queda esperar a que esto pase, respira.

 

Pero, ¿esperar qué?, ¿todo?, ¿nada?, ¿el colapso de la hegemonía de Estados Unidos?, ¿el quiebre de las bolsas y la entrada en una nueva recesión?, ¿el fin del capitalismo?, ¿la tercera guerra mundial?, ¿la crisis de nuestro sistema de salud?, ¿terminar la carrera? ¿Qué pasa si se enferma mi abuela?, ¿qué pasa si nunca puedo volver a ver a las personas que quiero?, ¿si seré muy racista?, ¿seré egoísta por no apoyar la toma de la Facultad? Mierda, otra vez no puedo dormir. Esto va a pasar, esto va a pasar, esto va a pasar. Hay que esperar, esperaR, espERAR, eSPERAR. ¿ESPERAR QUÉ? ¿CUÁNTO?

 

Esperar cuando la espera tiene un objetivo es de por sí complicado, de por sí genera ansiedades y miedos, pero cuando no se sabe qué ni cuánto esperar es aún peor. Me siento como si estuviera viviendo un tiempo sin tiempo, un tiempo sin ninguna posibilidad de ser algo más que vacío. Así vivo la espera, como momento de tiempo vacío e increíblemente pesado. En la espera el tiempo pesa. Se me hace bien extraño como cuando estamos llenando al tiempo de significado éste no se siente, no pesa, deja de ser tiempo.  Creo que ese no-tiempo más bien es uno lleno de sentido que deviene ligero, y de repente, no se siente. Llenarlo de sentido abrazando a las personas que quieras, compartiendo con amigxs, haciendo el amor, creando, imaginando.

 

¿Cómo se llena de sentido al tiempo desde el encierro? Creo que el primer paso es dejar de esperar y en segundo DESesperar. Si el esperar sólo es generador de vacíos, de ansiedades, angustias, si es tiempo estéril, intervalo vacío, es necesario salir del tiempo de la espera. Y para ello recordar y reconocer que no existen las linealidades. Que el futuro que esperamos sea un ahora. Que el presente contiene los futuros. Tal vez es esa una posible forma de DESesperar, volver a ver como hay futuro en este momento. DESesperar creando e imaginando, sobretodo imaginando para construir futuros fértiles, llenar de contenido al tiempo, imaginar creando futuros presentes donde sea posible concebir formas mucho menos violentas de relacionarnos, como salir de esta pandemia menos atomizados en nuestro tiempo y nuestras personas. Pero primero DESesperar, dejar de tachar los días en el calendario, dejar de contar las horas, hacer del vacío un proceso, dejar de atomizar el tiempo, generar transiciones que contengan futuros en su seno.


Escrito aproximadamente en abril del 2020

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